¡NO VA MÁS, BASTA YA, NO SOPORTO LA ESCUELA, DÍAS ABURRIDOS, PRISIONEROS! La multitud silueteada por las luces estroboscopias canta a todo pulmón esa canción de Flema. Bailan al unísono en voces ahogadas, furibundas y llenas de ironía. ¡TE DIRE QUE HACER, HOY VAMOS A ENLOQUECER, NO SOPORTO AUTISTAS COMO AYER, ESCUPIREMOS AL DIRECTOR, MEAREMOS AL CELADOR, INCENDIAREMOS TODAS LAS AULAS! Es una fiesta punk y estoy mareada.
EL PUNK Y YO A VECES NO LA VAMOS, ESO ES LO QUE PASA.
- La corriente es otra cosa y lleva a otra parte. El refrán: “cuando el rió suena piedras lleva” es ficción.- dice Tomás mientras estira torpemente su mano para apoyarse en la pared. Está totalmente borracho y sin disimular no aparta la mirada de mi ungido escote. Sí, sé que le gustan mis tetas. Todos los hombres son iguales, él no es la excepción aunque sea mi amigo.
Me enciendo un cigarrillo.
-Es diferente: El fin de semana no puede ser problema porque sigo con lo mió y una noche es una noche de más, que no es más de eso.- digo después de una bocanada a mi cigarrillo y ver que el humo formó un pequeño circulo alrededor de mis ojos y luego se desintegró en el aire.- Ese dicho no se aliviana hasta que digo: “Mi promesa sigue en pie, llevo meses sin salir de día y hasta noto que me han crecido los colmillos”.
- Bah, eso quisieras.- dice Tomás sacándose también un cigarrillo y resbalando un poco por la pared hasta volver a apoyar su mano, esta vez en mi hombro.- ¿Encendedor?
Le paso el encendedor y le muestro mis dientes que apenas pueden verse a la luz de neón.
- Me crecieron los dientes de los lados más largos que los del centro, pero en un momento indeterminado de mi adolescencia pararon de crecer.
Él enciende su cigarrillo con dificultad, me tira el humo a la cara, me devuelve el encendedor y sonríe a la nada.
- Ahora están creciendo de nuevo.- le digo, me apoyo en la pared y miro a los que vinieron a esta fiesta. Estoy aburrida.
- Es parecer mió, pero ¿La fiesta apenas levanta? Y ya estoy borracho.
- Sí. Ya estás borracho, viniste borracho.
- Ah sí, verdad. ¿Quieres una cerveza?
- Un ron estaría bueno. Un whisky mejor.
- Teresa,... soy un genio.
- Lorena.
- ¿Ah?
- Soy Lorena.
- Ah sí... Soy un genio Lorena. Soy un genio... voy a por algo para tomar.- dicho esto Tomás quita su mano de mi hombro, le da una bocanada a su cigarrillo, vuelve a ojear mi escote casi con la cara puesta en él y se lanza dando tumbos entre la multitud a buscar ron o whisky o lo que sea.
Le doy una bocanada al cigarrillo. Tiro el humo hacia las luces.
Le doy otra bocanada al cigarrillo. Tiro el humo hacia las luces.
Le doy otra bocanada al cigarrillo. Tiro el humo hacia las luces.
El cigarrillo se acaba. Me enciendo otro.
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