viernes, 15 de diciembre de 2006

TERESA, EN LA FIESTA

¡CAIGO EN UN POZO, ESTO YA LO CONOZCO, CAIGO EN UN POZO, NO PUEDO HABLAR CON OTRO, CAIGO EN UN POZO, ME ESTOY SINTIENDO SOLO, CAIGO EN UN POZO, ME ESTOY VOLVIENDO LOCO! Es lo que canta la multitud desaforada y con ansias de un suicidio individual o un ¿suicidio colectivo? Ellos quisieran imitar la suerte del cantante de Flema “Riqui Espinosa” y tirarse, así como lo hizo él, por el balcón. Pero en esta fiesta no hay balcones. Volar sólo en sueños, es mi predica. Volar sólo con drogas, es lo que aplico.

¡CAIGO EN UN POZO, MIS OJOS ESTÁN ROJOS, CAIGO EN UN POZO, ME ESTOY SINTIENDO SOLO, CAIGO EN UN POZO, ME ESTOY VOLVIENDO LOCO! Y estoy loca, estoy en la luna. Las pastillas, los dos nuevos porros, los porros en casa de Lorena hacen que no me quiera mover de este sitio. Y no sé que sitio precisamente. Todo da tantas vueltas. Todo es difuso. Todo es caos. Todo es tan hermoso.

¡CAIGO EN UN POZO, ME ESTOY SINTIENDO SOLO, CAIGO EN UN POZO, ME ESTOY VOLVIENDO LOCO! ¿Por qué estoy sola? ¿Por qué terminé aquí? Esas son las eternas preguntas. Yo soy la chica de las eternas preguntas; ese fue el apodo que en mis en tardes de niñez y adolescencia me gane a pulso, y digo a pulso literalmente.

- ¿Papá eso es su pajarito?- preguntaba.
- Sí Teresa, aunque se le puede llamar de muchas formas: Pene, Pipi, Picha, Pija, Polla, Palo, Falo, Chimbo, Tomín, Verga, El cabezón, El mechudo, El tuerto, Cíclope, La Santísima Trinidad, Rodrigo. Yo prefiero que le digas Rodrigo.
- Aah.- decía yo con la boca abierta.

¡CAIGO EN UN POZO, MIS OJOS ESTÁN ROJOS, CAIGO EN UN POZO, ME ESTOY SINTIENDO SOLO! ¿Por qué estoy sola? me pregunto en voz alta ¿Por qué terminé aquí? Me pregunto en voz baja.

-Vamos Teresa no estás sola.- me dice una voz. Es la voz de Lorena.

PERO NO VEO A LORENA.


Veo una mancha negra, una nada ¿Por qué siento que me muevo y mis pies dan tumbos? Mis pies, son tan hermosos.

¡PAFF!

- Vamos Teresa, no es el momento para que te des contra las paredes.- de nuevo dice Lorena.
- ¿Cuál pared?- pregunto.
- Esa que tienes en tus narices y que estás manchando de sangre.
- Sangre, siempre sangro. Las paredes son mis amigas.

¡TRA TRAA TRAAA!

- Vamos Teresa, no es el momento para esto.
- ¿No es momento para qué?
- Para esto Teresa.

Vuelvo a ver los colores. Siento algo húmedo en la espalda ¿Mi sangre? no estoy segura.

Ahora los colores forman la silueta de Lorena que me mira. Es tan hermosa. Sus pecas. Sus ojos negros. Su pelo. Su mal humor. ¿Está de mal humor? No, no puede ser. Ella nunca estuvo de mal humor conmigo. Yo siempre me comporté divinamente con ella. Ella siempre se comportó divinamente conmigo.

VAMOS TERESA, LEVÁNTATE DE ESE PUTO CHARCO DE CERVEZA DE UNA PUTA VEZ, TENEMOS QUE SALIR RÁPIDO DE ESTE PUTO LUGAR.

- ¿Por qué?
- Porque maté a alguien.
- Eso siempre me lo dijiste. Mataste tus ilusiones.
- Ahora es distinto. Maté a una persona.
- Mierda.
- Eso digo.

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